Tras una rehabilitación para integrar medidas y soluciones ambientales como el aprovechamiento del agua de la lluvia o una pared con placas fotovoltaicas, este edificio, que fue la sede de la antigua fábrica de Catalana de Gas, se abrió al público para extender la cultura de la sostenibilidad. Para ello, se creó un servicio de información y consultas, un programa de actividades para adultos y familias y una oferta de rutas y visitas guiadas sobre los aspectos ambientales de la ciudad y su gestión.
La Fábrica del Sol también está abierta a la innovación, la colaboración y el trabajo en red como estrategias para abordar cuestiones ambientales de actualidad y llegar a nuevos públicos. Con esta voluntad se convierte en una pieza básica para la configuración de la red de equipamientos ambientales de la ciudad.